El cierre de la sede del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Vaqueros provocó indignación e incertidumbre entre los trabajadores

El cierre de la sede del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Vaqueros provocó indignación e incertidumbre entre los trabajadores

La resolución que ordena el cierre de la sede del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Vaqueros, firmada el 17 de septiembre, provocó indignación entre trabajadores y referentes del sector científico-tecnológico en Salta.

La oficina, estratégica para la región, contaba con laboratorio de robótica, impresora 3D y un salón de usos múltiples, todos provistos por la Municipalidad sin generar gastos al organismo nacional.

La medida, según indicó Nuevo Diario, desarticula un nodo clave de vinculación tecnológica en el NOA y frena proyectos que beneficiaban especialmente a PyMEs del interior, según advirtieron fuentes consultadas. “No tiene lógica cerrar una oficina que no genera gasto y que acercaba innovación al territorio”, subrayaron.

Uno de los efectos más preocupantes es la suspensión de becas y la falta de renovación de contratos. Desde el inicio de la gestión actual, se desvinculó a un 30% del personal del INTI.

Según trabajadores, lo más grave es que los jóvenes investigadores y becarios quedan fuera del sistema, perdiendo oportunidades de incorporarse y de continuar líneas de investigación: “Es perder el futuro del INTI”, remarcan.

La Asamblea Multisectorial analiza judicializar la decisión, al considerar que viola resoluciones previas del Congreso y desconoce la división de poderes. Además, los trabajadores convocaron a una nueva movilización en todo el país, bajo la consigna de defender un INTI “autónomo, autárquico y federal, al servicio del desarrollo soberano”.

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