El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, expresó su rechazo a los insultos del presidente hacia los gobernadores y legisladores nacionales. Por Aries, aseguró que los agravios personales hacen imposible sostener un diálogo institucional.
“El presidente nos llama degenerados, prostitutos, ratas, mandriles… te dice cualquier cosa. Y después pretende que los agravios queden de lado para que le demos los instrumentos que necesita para aplicar su plan económico”, manifestó con dureza.
Quintela advirtió que esta actitud debilita los vínculos políticos con las provincias y obstaculiza los consensos que requiere el Gobierno nacional. “No se puede dialogar si no hay poder de decisión y, además, con semejante nivel de descalificación. Es un diálogo de sordos o de mudos”, sostuvo.
Finalmente, el mandatario riojano reiteró que, más allá de las agresiones verbales, lo más grave es que “no existe un plan económico ni un proyecto de desarrollo para la Argentina”.