Por Aries, el director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Federico Maigua, alertó sobre la creciente desconexión entre los datos oficiales de inflación y la realidad que viven miles de familias argentinas. Según señaló, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que difundió recientemente el INDEC no refleja con precisión el verdadero impacto de la suba de precios en los sectores más vulnerables.
“El IPC no refleja la inflación real. No se trata simplemente de una sensación, sino que es la realidad. Basta con recorrer los barrios de Salta o el centro mismo y ver cada vez más niños, jóvenes y adultos pidiendo plata para comer”, sostuvo Maigua, remarcando que el fenómeno se volvió visible incluso en zonas céntricas donde antes no era habitual.
Desde el ISEPCi, explicó, se elabora una estimación del valor de la canasta básica de alimentos y la canasta básica total, tomando como referencia la metodología utilizada por el INDEC. Aunque los resultados de abril muestran similitudes con los índices oficiales, Maigua pidió mirar más allá de las cifras: “El impacto mayor de la inflación está en los servicios y bienes que consumimos mes a mes en el hogar, y eso no se ve reflejado”.
En ese sentido, mencionó que servicios esenciales como la electricidad, la telefonía celular, internet, la televisión por cable e incluso las cuotas escolares registraron aumentos abruptos en los últimos meses, afectando fuertemente el poder adquisitivo de las familias.
Maigua también denunció el “congelamiento” del salario mínimo, vital y móvil, que aumentó apenas un 107% desde noviembre de 2023, muy por debajo de la inflación real. “Ya ni siquiera existe la mesa de discusión entre empresarios, sindicatos y gobierno. Hoy es una decisión unilateral del Ejecutivo”, reclamó.
La consecuencia directa de este desfasaje entre ingresos y precios es el aumento del endeudamiento familiar. “Cada vez más gente usa la tarjeta de crédito para alimentarse”, señaló el titular del ISEPCi, quien además destacó que, según datos de CAME, el rubro alimentos fue el que más cayó en el consumo durante el último año.
Finalmente, Maigua se refirió al deterioro de la red de contención social: “Los comedores y merenderos han dejado de funcionar en su gran mayoría. Desde que asumió Milei no llega alimento a ninguno. Los que se autogestionan apenas pueden abrir una vez por semana. Es un reflejo directo del drama social que atraviesa el país”.