El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, habló sobre la posible presencia de autoridades nacionales en la Fiesta del Milagro y expresó su preocupación por la situación de jubilados y personas con discapacidad. También destacó el valor espiritual de los peregrinos.
En una rueda de prensa previa a la Fiesta del Milagro, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, se refirió a la eventual participación del presidente Javier Milei y de otras autoridades nacionales. “Depende de Milei si quiere venir al Milagro, eso tiene que venir del corazón”, sostuvo. Agregó que se cursaron invitaciones tanto desde el Gobierno como desde el Arzobispado y que se cree que algunas autoridades estarán presentes el 15 de septiembre, aunque no hay confirmaciones oficiales.
Cargnello insistió en que la celebración “toca lo más profundo de la persona, va más allá de lo político” y consideró que cada dirigente debe decidir por sí mismo si participa del acto religioso. Recordó que en ediciones anteriores el dispositivo de seguridad varió según el mandatario: “Cuando vino Cristina el dispositivo fue muy grande, cuando vino Macri, menos; ahora no sé”.
En otro tramo, el arzobispo abordó dos temas que definió como “sensibles”: jubilados y personas con discapacidad. “Hay una deuda estructural que Argentina tiene con los jubilados; si no somos honestos no vamos a dar la solución que corresponde”, afirmó. Sobre la discapacidad habló desde su experiencia personal, mencionando a un sobrino fallecido con discapacidad. También denunció “abusos de ciertos institutos que reciben fondos del Estado que no llegan a los destinatarios”. Sobre este tema, eludió profundizar sobre lo que sucede por estos días con la baja de pensiones y los supuestos hechos de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
Cargnello también se refirió a las adicciones y al rol del Estado. “La recuperación de los adictos debe ser un trabajo de la sociedad apoyado por el Estado. Trabajar con adictos es jugarse la vida, no es fácil. Si no hay vocación, no se aguanta, y esa fortaleza te la da Dios o lo que tenés adentro”, dijo.
Sobre los peregrinos, el arzobispo compartió su experiencia reciente en San Antonio de los Cobres, donde acompañó a los mineros y recibió a delegaciones que llegaban desde Antofagasta de la Sierra, Tincalayu, Mina Patito, Tolar Grande y otras localidades. “Eso te renueva el alma, hablar con ellos, escucharlos, compartir, te toca el alma”, expresó.
Para Cargnello, la Fiesta del Milagro sigue siendo un espacio de encuentro y de fe más allá de coyunturas políticas: “El que viene, viene porque algo lo mueve por dentro. Eso no se puede imponer”.