En el Día del Profesor, la historia de Gustavo Calderón, docente del Centro Educativo Fe y Alegría del barrio Solidaridad, inspira por su compromiso y creatividad. A sus 23 años, Gustavo decidió aprender Braille para enseñar Química a Facundo, un alumno no vidente, demostrando que la educación puede cambiar vidas.
Nacido en el mismo barrio donde hoy enseña, Gustavo recuerda cómo una profesora de Química y Biología despertó su amor por la ciencia y su deseo de transmitirlo. Tras graduarse como docente en 2025, volvió a su escuela con la ilusión de generar un impacto positivo.
El desafío llegó con su primer grupo: Facundo, su alumno ciego, necesitaba acceso a los contenidos de Química. Gustavo aprendió Braille en tres meses, con el apoyo de la familia del estudiante, y pronto sus compañeros se sumaron al aprendizaje. Juntos crearon materiales, juegos y una tabla periódica adaptada, convirtiendo la clase en un espacio inclusivo y colaborativo.
La iniciativa no solo favoreció a Facundo, sino que fortaleció los lazos entre todos los estudiantes. Los recreos se llenaron de bromas y aprendizajes compartidos, y la experiencia mostró cómo la educación puede unir y transformar comunidades.
La historia de Gustavo forma parte de la campaña nacional “Poné tu corazón por la educación”, que visibiliza el impacto de los docentes comprometidos en contextos de vulnerabilidad. En Salta, Fe y Alegría acompaña a más de 1.900 estudiantes en diferentes localidades, reafirmando el poder de la enseñanza para abrir oportunidades.
Fuente: InformateSalta