La mujer fue acribillada en su domicilio en Yacuiba. Era la pareja de René "Manudo" Guzmán, jefe del cartel del Valle de Acambuco, una banda narco-criminal que operaba desde la selva de Tartagal.
El crimen de Daniela Tejerina, ocurrido el martes por la noche en la zona de Los Sotos de Yacuiba, Bolivia, dejó de ser un simple caso policial para transformarse en un hecho con fuertes implicancias en la guerra narco que azota la frontera norte. La mujer fue ejecutada de al menos cinco disparos dentro de su vivienda, y según confirmaron fuentes vinculadas a la investigación, era la pareja de René "Manudo" Guzmán, uno de los narcotraficantes más temidos que tuvo Salta.
Guzmán se encuentra actualmente detenido en una celda de máxima seguridad en el penal de Ezeiza. Está a la espera de definiciones judiciales mientras tres jueces federales lo investigan por múltiples causas ligadas al tráfico de drogas a gran escala. Su carrera criminal comenzó como pirata del asfalto y sicario, pero con los años construyó una estructura delictiva tan aceitada y violenta que en ámbitos judiciales y de inteligencia no dudan en llamarla "el cartel del Valle de Acambuco".
De sicario a jefe narco
Originario del norte salteño, "Manudo" Guzmán forjó su imperio en las sierras pedemontanas, en pleno Valle de Acambuco, una reserva natural ubicada a unos 50 kilómetros de Tartagal. Desde allí operaba con logística, armamento pesado y tecnología de punta, enviando cargamentos de cocaína de alta pureza hacia distintas provincias argentinas y países limítrofes.
Su captura ocurrió en abril del año pasado en el paraje "Cruz Bajada", en Santiago del Estero, al límite con Salta. Agentes del Escuadrón 59 de Gendarmería interceptaron una motocicleta con dos hombres en actitud sospechosa. Entre sus pertenencias encontraron handies y un teléfono satelital, herramientas clave en el mundo narco. Minutos después, un vehículo que venía por el camino abrió fuego contra los gendarmes, en un intento desesperado por huir. El enfrentamiento terminó con la detención de Guzmán, herido de bala en el hombro izquierdo.
"En el operativo, las fuerzas federales secuestraron un kilo de cocaína con la marca de "coronas y delfines", sello inconfundible de calidad en el narcomercado. También hallaron un fusil M4 automático, una pistola 9 milímetros con mira láser, chalecos, 60 municiones y una serie de dispositivos de comunicación satelital."
El crimen de su esposa y la hipótesis del ajuste de cuentas
El asesinato de Daniela Tejerina, en ese contexto, refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas entre bandas del narcotráfico. La mujer fue hallada sin vida en su domicilio, con múltiples impactos de bala. La brutalidad del hecho y la precisión del ataque sugieren una ejecución planificada.
Fuentes ligadas a la causa señalaron que la víctima no contaba con antecedentes penales, pero su vínculo directo con el capo narco podría haberla convertido en blanco de represalias o mensajes mafiosos dirigidos a Guzmán. Las investigaciones están en manos de la FELCC boliviana, aunque se espera que haya colaboración binacional ante la gravedad del caso.
El crimen también enciende una nueva alerta sobre el crecimiento del narcotráfico en la frontera entre Salta y Bolivia, donde la violencia se recrudece al ritmo del poder económico que manejan estas organizaciones. El asesinato de Tejerina deja en claro que, aunque Guzmán esté tras las rejas, su figura sigue siendo central en una red que aún no ha sido desmantelada.